viernes, 23 de junio de 2017

¿Qué podemos hacer por mejorar la situación de las víctimas de delitos graves?

Tras la derogación de la doctrina Parot,en España, salieron en libertad muchos presos terroristas y sobre todo agresores sexuales, que a pesar de los muchos años en prisión, no tenían un pronóstico favorable de reinserción. Probablemente debieron cambiar la ley antes, para no beneficiar a delincuentes de extrema peligrosidad, pero  la realidad es que no lo hicieron. Sin embargo, un preso una vez que ha cumplido su condena, ha saldado su deuda con el sistema y debe salir a la calle. Estos días hemos visto, como un violador de los que se beneficiaron de la doctrina Parot, acaba de ser detenido, precisamente por nuevas violaciones.  El malestar de las víctimas es lo que más me preocupa porque significa que el sistema no ha cumplido con las víctimas, no las ayudado a reparar o más bien mitigar su dolor, lo que las ha llevado a sentirse víctimas perpetuas con un dolor que lejos de aminorarse o al menos cambiar en su percepción, sigue vivo como si fuera el primer día a pesar de los años. Esto es el mejor indicativo de que la Justicia ha fallado con ellas, y las víctimas no encuentran otra explicación ni otra forma de mitigar su vacío que "agarrándose" a penas más duras. No estoy hablando de que olviden, que pongan una página nueva en su vida, dejando atrás a su ser querido, al contrario hablo de ayudarlas en el camino a su dignificación, sufrieron un delito terrible con pérdidas irreparables, pero deben cambiar sentimientos negativos por otros positivos y constructivos porque así el delincuente no habrá ganado, ni dominara su vida. Se trata de recuperen el control de su vida, y que sientan que a pesar de todo, su vida no ha quedado arruinada ni a merced del delito sufrido y del delincuente que lo cometió. 

Es complicado, pero es posible y si queremos que las víctimas vuelvan a reconectar con la sociedad es necesario ayudarlas en este camino. El problema ahora es todavía más grave, nuevas víctimas que dificilmente van a poder entender, cómo una persona de estas características está en libertad. La pregunta sin lugar a dudas, es qué hacemos con estos victimarios de extrema peligrosidad, ¿les encerramos y tiramos la llave, o buscamos formas de lograr su reinserción, la neurociencia tiene mucho que decir sobre esto? Lo mejor para todos es, intentar que puedan volver a la sociedad, para eso, se hace importante mejorar los tratamientos penitenciarios en prisión, potenciando que la víctima tenga participación directa o indirecta y en la medida de que así lo desee. Y no sería descabellado, como dice Daniel Reisel trabajar para lograr su reconexión, el cerebro tiene mucho que decirnos.

 Sin embargo, tampoco hay que demonizar los sentimientos negativos de las víctimas pero si podemos mostrarlas otras formas de atender sus necesidades y de ayudarlas en su camino restaurativo hacia la sanación.  Porque al fin y al cabo lo más importante es que se luche por unas víctimas que se sientan respetadas y reconocidas. Si ellas se sienten así y pueden despojarse del rol, ya habrán vencido a los infractores, porque habrán visto que ni el mayor de los daños posibles ha podido con ellas, se han levantado y han recuperado su vida, esto sin duda, es la mayor de las victorias. Porque el delincuente sabrá que no tiene poder ni control sobre las personas a las que dañó y esto para ellos ya es una derrota. Por otro lado, el sistema también tiene la obligación de hacer todo lo posible para que el delincuente reconozca el daño, o al menos vea que su acción dañó a otro ser humano, y que no tenía derecho a hacerlo, en definitiva, tiene la obligación de proveer de las oportunidades necesarias para que el delincuente pueda reconectar con la comunidad, pueda reinsertarse. Sin embargo, veo que tampoco durante estos años se ha producido esto, pues por más que las condenas fueran largas, no parece que la reinserción haya dados sus frutos, y para colmo, instituciones penitenciarias lo dice tal cual, un presos que lleva más de 15 años en prisión y no se ha reinsertado y como este muchos más. Esto sin duda lleva a replantear el sistema ya que no funciona la reinserción ni para víctimas ni para infractores. ¿Qué se puede hacer? 

Una regulación que favorezca esta justicia restaurativa en sentido amplio, para que se pueda aplicar en sus diferentes vertientes y no solo encuentros restaurativos
Que se deje de confundir a los ciudadanos con noticias, como serán pioneros en tal ciudad con un proyecto de mediación penal que agiliza los juzgados y no judicializar determinados delitos, porque esto es confundir los objetivos y los beneficios de la Justicia reparadora y de sus diferentes herramientas como la mediación penal.
Quizá lo más importante es pensar que si una persona pasa 20 años en prisión y no se ha reinsertado, y una víctima sigue sintiéndose así tras muchos años, el sistema no ha funcionado y habrá que cambiar, innovar y sobre todo valorar las verdaderas necesidades de las víctimas, de la comunidad y cómo ayudar al infractor a no querer delinquir no por temor al castigo, sino porque hemos generado en él o ella, empatía suficiente para no querer volver a hacerlo

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