jueves, 17 de diciembre de 2015

El punto de inflexión de la Justicia Restaurativa

El problema que surge en muchas ocasiones, a los que nos dedicamos a la Justicia Restaurativa es que siempre parece que nos tenemos que posicionar o bien en el lado de las víctimas o en el lado de los infractores. En otras ocasiones veo a profesionales que de una manera demasiado clara se posicionan en favor de los infractores utilizando la Justicia Restaurativa de forma exclusiva en su beneficio y como medio para liberarlos de un teórico juicio. Es cierto que vivimos en una sociedad en que parece que tenemos que estar en los extremos porque sino no somos entendidos pero volvernos a volcar en el infractor de forma casi exclusiva implicaría volver a cometer los mismos o similares errores de la Justicia tradicional que se centra en exclusiva en el infractor . También reconozco que siempre digo que la Justicia Restaurativa nace por y para las víctimas. Es verdad que, tal y como escuché decir a Howard Zehr, esta justicia surge porque tras el delito, se produce un daño generalmente a una víctima, a lo que yo añadiría que también se produce un daño a la comunidad.
 Y la Justicia Restaurativa ayuda a estas víctimas, tanto directas como indirectas de diversas maneras, la parte más conocida de esta justicia son los encuentros restaurativos como la mediación penal, conferencias o círculos, sin embargo, entendiendo esta justicia como una respuesta evolucionada al crimen, lo más importante es la forma global de abordar el delito atendiendo las necesidades de las víctimas y facilitando la responsabilización del infractor.


Creo que todos los infractores pueden responsabilizarse de su conducta y querer cambiar no obstante, donde más puede ayudar esta justicia es en jóvenes infractores, de ahí que debemos poner nuestro esfuerzo en que la justicia juvenil se construya con enfoque restaurativo.

Y ¿cómo actúa esta justicia restaurativa como respuesta evolucionada al crimen (según Naciones Unidas)?

Respecto al infractor: aunque parezca difícil de entender, desde el momento que el delito se comete, surge un lazo entre este y la víctima, así como con la comunidad, este lazo que les une es el daño producido que inevitablemente hace que su relación se estreche, incluso aunque no se conozcan víctima y delincuente. Con la justicia restaurativa la vergüenza y la culpabilidad no es extrema, se trata de una vergüenza reintegrativa, ayuda al infractor a reconocer que efectivamente ha hecho algo mal, y que tiene una oportunidad de hacer las cosas bien. Frecuentemente ocurre, sobre todo en jóvenes que su baja autoestima, les hace ver y creer que son malas personas, esto les impide querer cambiar, por eso la justicia restaurativa da oportunidad para hacer de los infractores buenas personas.

Respecto a la víctima: hay muchas formas de ayudarlas a través de la justicia restaurativa, pues cada víctima debe encontrar su "camino" hacia esta justicia, aunque básicamente hay tres etapas en las que la Justicia Restaurativa pone un poco de humanidad en su proceso de "curación", y es que esta justicia las ayuda a poner orden en el desorden que surge tras sufrir el delito, facilita que recuperen el control de su vida que perdieron tras sentirse víctimas y por eso, intenta que vuelvan a la sociedad de la que se separaron cuando empezaron a llevar en su espalda, el rol de víctima, favorece su vuelta a relacionarse con los demás, que recuperen su confianza en su entorno y su sentimiento de seguridad.

Por eso, siempre intento evitar posicionarme y si me preguntan, (aunque para mí las víctimas son las grandes olvidadas y un poco el por qué de esta justicia), siempre digo que esta Justicia surge para ayudar a las personas que lo necesiten y para dar una oportunidad de hacer las cosas bien, a quién la quiera aprovechar.

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