martes, 29 de abril de 2014

Más sobre justicia juvenil restaurativa

La Justicia juvenil restaurativa debe ser un pilar fundamental en nuestro derecho interno, porque educando a los jóvenes es menos probable que tengamos adultos con una larga carrera delictiva.
Los procesos restaurativos como la mediación penal y conferencias, lo que hacen es fomentar a través de las medidas constructivas y positivas (siendo el internamiento el último recurso), la responsabilidad activa del menor infractor. Hacen que vea la reparación del daño, bien de manera material y/o simbólica una prestación socialmente constructiva y no un mero castigo.

También convierten a familiares y allegados ( siempre que sea posible) y a la sociedad en general, en agentes activos y con responsabilidad en ayudar al menor a volver al marco social del que se separó cuando cometió el delito. Tienen en cuenta que las víctimas merecen todo nuestro respeto y consideración y por esto su participación durante el proceso es esencial, así se favorece la reinserción no solo del menor infractor sino también de la víctima.

El delito también afecta a la comunidad, daña su sentimiento de seguridad y desquebraja las relaciones entre los miembros, por eso la participación y cooperación de la comunidad es también importante. Las relaciones son esenciales porque vivimos en sociedad, en grupo y estamos interconectados, lo que hacemos afecta a los demás igual que lo que hacen los demás nos afecta. Todos merecemos respeto y las víctimas, mucho más además debemos ser responsables de nuestros actos. Esta es la esencia misma de una justicia juvenil restaurativa contemplada en sentido amplio, dando participación activa y constructiva a víctima, infractor y comunidad (especialmente familia y allegados) Hace que la gestión del delito, su impacto, y sus consecuencias se haga reequilibrando de una manera sanadora, humana, educativa y participativa, individualizando la respuesta en atención a cada caso y cada persona.

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