viernes, 14 de febrero de 2014

¿Qué pasa cuando los que deben creer en esta justicia restaurativa, no creen?

Hoy empiezo con un cierto desencanto en general, hasta ayer pensé que lo que nos unía a los mediadores es precisamente esta pasión o creencia en los beneficios que esta forma de resolver conflictos genera en los ciudadanos, sin embargo, me encuentro con una generación de mediadores que no creen realmente en lo que hacen, esto está ocurriendo en cualquier ámbito no solo el penal. Supongo que será porque se han subido al "carro" porque está de moda. 

Dicho esto, ahora voy a hablar de lo que más me toca de cerca, la mediación penal como herramienta para poner en práctica los principios de la justicia restaurativa...siempre he comentado que para que la Justicia Restaurativa sea aceptada y apreciada por sus muchos beneficios es necesario su promoción, especialmente su promoción entre los operadores jurídicos y profesionales pero sobre todo entre los ciudadanos de a pie. Son estos últimos los beneficiarios y los destinatarios de esta justicia, puesto que la justicia restaurativa está para atender a los más vulnerables, los afectados por el delito y no para hacer la vida más fácil a los profesionales de la justicia. Sin embargo, ayer tras escuchar una mesa redonda con profesionales y expertos pro mediación del periódico Norte de Castilla, me topé con un problema que no había previsto, que el propio mediador penal no crea en lo que hace o no apueste por estos procesos restaurativos. ¿Como puede decir una persona que se denomina mediadora penal que necesitaremos varias vidas para poder ver este sistema? Si ella misma no cree en lo que hace, cómo va a transmitir lo positivo de esta herramienta restaurativa a las víctimas, infractores y otros operadores jurídicos.( así tenemos el enemigo en casa). Estoy convencida que España no es diferente a otros países y que la mediación penal así como otras herramientas restaurativas no solo funcionan ya, sino que será el complemento ideal a la Justicia penal tradicional cuando se regule en nuestro derecho, pero si los profesionales destinados a transmitir los beneficios no creen en ello, nadie puede esperar que los ciudadanos, de por si reticentes, con cualquier tema relacionado con la justicia crean en ello. Nadie dijo que la tarea es fácil, puesto que hay que cambiar mentalidades, sin embargo, los hechos, la mejor satisfacción de las víctimas y la futura regulación en las leyes harán el camino mucho más fácil.

Quizá el desencanto viene porque no han empezado desde abajo y desde cero, como en nuestro servicio de mediación penal de Castilla y León-amepax, aun recuerdo cuando en el 2004 fuimos a hablar con la Fiscalía y nos dijeron ¿que eso de la justicia restaurativa? Ha costado pero si se cree en lo que se hace, con ilusión, esfuerzo, tres congresos internacionales, y mucho trabajo, los dos últimos años en colaboración con un Ministerio de Justicia muy interesado, hoy en día la Justicia Restaurativa para nuestros fiscales es una realidad a la que solo le falta la regulación para que sea totalmente eficaz, no niego que en el camino ha habido muchas zancadillas, y desilusión pero cuando se apuesta por algo no hay que dudar.

Dicho esto, como dicen por ahí "zapatero a tus zapatos" si estas ahí por estar, sin creer en lo que haces es mejor dedicarte a otra cosa,  que hacer afirmaciones catastrofistas que al menos hoy en día, poco tienen que ver con la realidad, máxime cuando pronto verá la luz la primera norma en España con enfoque restaurativo y en la que ya se habla de servicios de justicia restaurativa.

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